lunes, 30 de junio de 2025

Entrevista con Osvaldo Marzullo, periodista que cubrió Quiet Riot en Buenos Aires

(Fabián Solari) En la tarde de hoy estuvimos charlando con el periodista Osvaldo Marzullo acerca de la cobertura que hiciera en ocasión de la visita de Quiet Riot a Buenos Aires en abril de 1985. En aquella ocasión la banda estaba integrada por Kevin DuBrow en voz, Carlos Cavazo en guitarra, Kjell Benner en bajo y Frankie Banali en batería. Unos meses antes de la gira latinoamericana, el bajista Rudy Sarzo se alejó quedando libre el bajo. Rápidamente debieron ocupar el puesto ya que Chuck Wright se sumaría al regreso a Estados Unidos una vez finalizado el tour. El escogido fue el músico de sesión Kjell Benner. De la llegada, la entrevista y el concierto estuvimos hablando con Osvaldo Marzullo.

Quiet Riot Argentina: ¿Qué recordás de aquellas jornadas, puntualmente?

Osvaldo Marzullo: Lo que recuerdo así de inmediato es el descontrol, sólo comparable a Riff en Ferro. Lo recuerdo bien porque estuve en recitales con bardo como BA Rock, a mí me gustaba mucho Pappo y aquella noche de Quiet Riot lo primero que recordás es el quilombo. Hay que situarse también en el contexto sociopolítico de ese momento. 

Kejll Benner, Kevin DuBrow, Carlos Cavazo, Frankie Banali en el Aeropuerto de Ezeiza.

QRA: Para ese momento solo había venido Van Halen en 1983.

OM: Había venido también Queen pero era en una cancha muy grande que hacía otro estilo, con un público no tan rockero. Con Van Halen también fue pesado en el ambiente en Obras. El contexto del momento en el que vino Quiet Riot era denso ya que en diciembre del '83 había terminado la dictadura, pero después de eso no es que fue todo rosa y todos eramos libres y buenos. La gente venía de muchos años de represión, en los recitales te cagaban a trompadas, te metían arriba de un patrullero simplemente por tener el pelo largo o por tener olor a patchouli porque decían que lo usaban los drogadictos; de repente la policía se encontró que ya no tenía el poder que había tenido durante el gobierno militar. La gente, entonces, se sentía libre como para enfrentar a la fuerza. Por otro lado, la policía se sabía menos poderosa por lo cual desafiaba la situación diciendo '¿ustedes querían democracia? ahí tienen democracia', mátense entre ustedes y dejaba hacer. Te lo decía en la cara y te lo demostraba. 'Escuchame, me rompieron el vidrio del auto...', ustedes querían democracia, ahí la tienen. Estas cosas no se pueden dejar de lado a la hora de analizar a Quiet Riot en Argentina, como las cosas que pasaban en la cancha. Si le preguntás a Mundy (Epifanio, manager de Riff) lo que le hicieron en Ferro te vas a dar cuenta (la policía obligó a la organización a contratar seguridad policial, cobró el servicio con el adicional correspondiente y a la hora de controlar miró para otro lado y se retiró). 

QRA: Es en ese contexto que se da un recital grande de una banda heavy en el cenit de su carrera.

OM: Claro, el primer recital grande de un grupo heavy en un estadio más grande que el que había utilizado Van Halen; la gente decía 'ya llevamos un año y pico de democracia...'. Calculá que en una época vos prendías un porro en un recital o estabas medio borrachito y te agarraban de los pelos porque estaba la policía de civil y estaba la División de Drogas Peligrosas y la Superintendencia de Seguridad Federal que mandaban tipos de civil a los recitales a detener gente. Hoy es incomprensible.

QRA: En medio de todo ese ambiente social llega Quiet Riot y vos tuviste la suerte (o la desgracia) de tener que hacer la cobertura. Hablemos un poco de eso.

OM: Por lo general yo iba solo o con el fotógrafo de Pelo (revista de pop rock especializada) a los recitales. Si mal no recuerdo era Gabriel Rocca. A ese recital había ido con la chica que era mi novia en ese momento. A ella le gustaba como a todos, el tema que ponían en la radio, "Cum on feel the noize" y cuando le comenté me pidió que la llevase. Fuimos pero llegamos tarde, ya estaba todo descontrolado por todos lados, yo tenía pullman. Todo estaba explotado de gente, locura total. Los acomodadores estaban asustados, no te daban bola. En la puerta que comunicaba la platea con el pullman había gente arriba sentada y de abajo la gente los hamacaba. Comportamiento totalmente salvaje, como en un zoológico, jajaja. 

QRA: A todo esto, el recital no había empezado aún, era la previa.

OM: Claro, si bien habían bajado las luces, no había empezado. Logramos acomodarnos en un sector del pullman. En un momento, ya iniciado el recital, se viene abajo una torre de sonido y tal vez por eso después no se entendía nada, era una bola de ruido. Comentario entre paréntesis, el Luna Park - hasta que Pepito Cibrián hizo Drácula - era un galpón con techo de chapa donde no sonaba bien nada ni nadie. Dicho por los músicos mismos. En realidad nunca fue bueno el Luna y tengo entendido que sigue sin serlo a pesar de las mejoras con los paneles acústicos.

QRA: Yo fui a ver a Los Violadores en 2016 y el sonido era bastante malo, no se escuchaba bien. Me imagino en aquella época...

OM: Nunca nadie sonó bien ahí, ni Jeff Beck, ni Spinetta. La diferencia la marcó Pepito Cibrián. Quiet Riot no vino con sonido. El sonido lo puso la organización. Quien puso la plata fue Daniel Ripoll pero era otra persona la que se encargaba de ejecutar. Recuerdo que fue el viernes 19 de abril. El lunes por la mañana voy a la editorial y le pregunto a Daniel qué quería que hiciese con el artículo que tenía que escribir. Le pregunté porque él había puesto el dinero y no sabía si quería que omita lo malo y solo ponga lo bueno o todo y me dijo 'poné toda la verdad'. Muchos músicos amigos que habían ido y con los que yo había hablado el fin de semana me habían dicho cosas negativas. Si la opinión generalizada del rock es esa, salir a decir que estuvo bueno el recital de Quiet Riot... Era inocultable, los medios se hacían una fiesta con los recitales, los escándalos del rock para Crónica eran como un manjar... siempre el mito incomprobable de que habían violado a una chica debajo del escenario. Sinceramente no vi nada de eso, no escuché a nadie decir nada semejante ni a la policía.

QRA: Lo que uno recuerda de la época, sobre todo de los medios, es sobre cuestiones ajenas a la música y cercanas a las policiales.

OM: Violencia con piñas y golpes, sí. Lo de la violación siempre se decía lo mismo en todos lo recitales grandes más que nada. Lo que pasa es que el contexto sociopolítico del que hablábamos antes tuvo mucho que ver. También hay un problema insoluble para el rock que es el público que va sin entrada, una de las causas por las cuales el Indio dejó de tocar. El ex manager Julio Sáez, decía que no había solución porque si se reprime va en contra de todo lo que la gente ideológicamente cree de nosotros y si no reprimimos, en el recital siguiente entra el doble de gente y se corre la bola entonces nadie va a sacar entrada.

QRA: Volviendo a Quiet Riot, vos entrevistaste a los músicos ¿fueron a Ezeiza?

OM: No, fue en los camarines del Luna Park el día de la prueba de sonido. Creo que habían llegado un día antes del show.

QRA: Llegaron con los tiempos acotados desde Brasil porque debían volver a Brasil para seguir la gira ya que la fecha de Buenos Aires fue la única posible debido a que todo el tour estaba armado a la hora de buscar un lugar en la agenda.

OM: Recuerdo que me dijeron que todos hablaban español, mi inglés era 'very difficult' parafraseando a Carlos Tévez.y yo fui confiado, entré saludando pero el único que hablaba bien era Banali. Cavazo tenía cara de pocos amigos y no le gustaba para nada el tema de no hablar en inglés. Estuvo toda la entrevista reclinado con cara de enojo sin emitir palabra. Frankie muy macanudo, muy amable, Kevin algo hablaba en español. Oscar Ripoll, el hermano de Daniel (el organizador, editor de las revistas Pelo y Metal) - que había venido conmigo porque estaba en la parte organizativa y era el nexo entre la organización y los que armaban el escenario - como vivía en Estados Unidos hablaba bien inglés entonces ofició de traductor. La entrevista, básicamente, la respondió Banali. Una banda que me gustaba Quiet Riot, dos discos de ellos los escucho cada tanto, me encantan y los otros discos que escuché tienen cosas interesantes.

QRA: Lo que pasa también, es que dejaron de tener difusión después de "Condition critical", les soltaron la mano. De hecho siguen tocando ahora con el liderazgo de Rudy Sarzo tras la muerte de Kevin primero y Banali después. Aún así, siguen viajando y tocando por todo Estados Unidos.

OM: Lo que tienen allá son muchos clubes, tocan en clubes, boliches, lugares que están habilitados para eso.

QRA: Nunca pude conseguir el setlist ¿recordás los temas que tocaron?

OM: Recuerdo que se basó en temas de "Metal health" y "Condition critical". A mí me gustaba mucho el tema "Stomp your hands, clap your feet" y lo tocaron. Lo que yo le encontraba a Quiet Riot era un sonido muy distinto en la batería respecto del resto de las bandas. El bombo era muy profundo. Yo hago un programa para YouTube llamado "Mil novecientos ochenta y rock" con gente de aquella época y me acuerdo que entrevisté a Mario Ian (Hellion, Alakran, Rata Blanca, Devenir, Ian) y le comenté que el sonido de Devenir era similar a Quiet Riot y se enojó, jajaja. Yendo a Quiet Riot nuevamente, creo que Carlos Cavazo, si me apurás, era más guitarrista para Quiet Riot que Randy Rhoads. Randy era más para Ozzy.

viernes, 27 de junio de 2025

Kelly Garni fundó Quiet Riot, pero terminó a los tiros

(Andrew Daly / Traducción: Fabián Solari) Me señalan con el dedo. Me dicen: 'Tú eres el que intentó matar a Randy Rhoads'. Me río. Necesitaba estar con mejores personas. ¿Cómo podría nuestra separación ser amistosa? Kelly Garni fundó Quiet Riot, pero terminó a tiros.

(Image credit: Kelly Garni)

Iban juntos a la escuela, fundaron Quiet Riot juntos y luego tuvieron una pelea de borrachos con un arma que acabó con la carrera musical de Garni. 25 años después, volvió al bajo.

Kelly Garni creció con Randy Rhoads y formó Quiet Riot con él en 1975. El bajista fue despedido tres años después tras una pelea de borrachos con el guitarrista, cuya prometedora carrera terminó en un accidente aéreo siete años después.

"Estaba desconsolado", le dice Garni a Bass Player. "Ni siquiera pude ir al funeral. Simplemente no quería ver esa realidad".

Ya había dejado de tocar y había comenzado una nueva vida como paramédico. Le llevó años volver al bajo. “Volví a tocar a principios de mis 50; ahora tengo 68”, dice. “Recibí una llamada de Todd Kerns, que quería que tocara con su banda.

“Le dije: ‘No tengo bajo, no he tocado en 25 años. No creo que pueda’. Todd me convenció, y lo he estado haciendo desde entonces. Recibo ofertas para tocar en bandas, y podría, pero no quiero”.

Continúa: “La gente todavía respeta mucho a Randy. Tienen un gran aprecio por lo que hicimos, así que toco esas viejas canciones. Soy el último hombre en pie; Drew Forsyth [baterista] sigue vivo, pero no quiere saber nada de eso. Así que soy todo lo que tienes”.

¿Cómo se conocieron Randy y tú?

“Era un chico que me llamó la atención en el instituto y que parecía muy interesante. Los dos estábamos en una escuela nueva, como marginados, así que nos conectamos. Fui a su casa y me dijo que tocaba la guitarra.

“No sabía tocar solo, pero me pareció bastante bueno. Estaba tomando clases con Scott Shelly en la escuela de música de su madre. A partir de ahí, empezó a necesitar un bajista, ¡así que me convirtió en bajista!”

¿Randy te enseñó a tocar el bajo?

 “Empezó a enseñarme líneas de bajo. Mientras aprendía sus solos, practicaba con las mías. Tocaba durante cuatro o cinco horas seguidas, y él repetía lo mismo una y otra vez hasta que las perfeccionaba.

“A partir de ahí, mejoramos lo suficiente como para formar pequeñas bandas que tocaban en fiestas en los patios. Cuando tenía unos 15 años formamos Quiet Riot. Encontramos a Kevin DuBrow y Drew Forsyth, a quienes habíamos usado en bandas anteriores.”

¿Cuál era la visión de Randy y tú para Quiet Riot?

“Simplemente fuimos improvisando sobre la marcha. Intentamos seguir las tendencias que eran populares. Era 1976, así que Randy y yo estábamos muy influenciados por Alice Cooper, David Bowie y Black Oak Arkansas, el primer concierto al que fuimos juntos.

“Kevin estaba muy influenciado por la música británica, como Slade y bandas más llamativas. Eso chocaba un poco con lo que Randy y yo queríamos, pero lo logramos. Por eso nuestros dos primeros álbumes tienen un sonido pop: Kevin estuvo muy involucrado.”

(Image credit: Fin Costello/Redferns/Getty Images)

¿Es cierto que la gerencia los orientó hacia un estilo más ligero?

“La gerencia quería que fuéramos los próximos Bay City Rollers, y no lo hicimos. Cuando llegó el momento de componer canciones, nos decían: 'Tiene que ser más pop'. A Randy y a mí nos pareció horrible, pero Kevin se entregó por completo.

“En ese momento, él prácticamente había tomado el control de la banda. No sentía que Randy y yo estuviéramos tocando en el estilo que queríamos, pero Kevin insistió en que si queríamos triunfar, era lo que teníamos que hacer.” Así que aceptamos.

¿Cuándo apareció la querida Les Paul color crema de Randy?

"Recibió esa guitarra de nuestro primer mánager, a quien ambos adorábamos. No tenía experiencia y solo un poco de dinero, pero invirtió mucho en la banda. Para Randy y para mí, era un gran amigo.

"Randy había hablado de la guitarra, y el mánager tenía un mueble de repuesto por ahí, así que lo intercambió y se quedó con esa guitarra. Mucha gente cree que Randy le devolvió el dinero, pero no teníamos esa cantidad. Nunca vi a Randy darle dinero, y lo habría hecho, porque siempre estábamos juntos".

 ¿Podías permitirte amplificadores decentes?

“Randy tenía un cabezal Peavey Standard, que me parecía genial para el bajo. Pero él lo hacía sonar genial para la guitarra, y tenía una caja acústica Ampeg 4x12 de gran tamaño. Yo usaba dos Acoustic 370.

“Mucha gente veía el equipo de Randy y se preguntaba: '¿Cómo conseguía ese sonido?'. Pero no salía de los amplificadores, sino de sus dedos. Es extraño; el tono estaba en la punta de sus dedos.”

Aunque fuera muy joven, ¿se notaba que Randy era un gran músico?

“No había duda al respecto. No era alguien que mejorara cada seis meses, ni cada mes, ni cada semana; mejoraba cada 60 segundos. Literalmente, tocaba una cosa, y 60 segundos después la tocaba de maravilla. Y 60 segundos después, la tocaba como solo él podía hacerlo.”

Tú y Kevin no se llevaban bien cuando salió el segundo disco, lo que provocó una pelea a puñetazos entre Randy y tú, borrachos, con un arma en la mano.

"Sí. Estuve infeliz durante bastante tiempo. La banda, tal como éramos, se había estancado; no íbamos a ninguna parte ni hacíamos nada. Parecía un rollo; no había progreso. No ganábamos dinero y la gerencia nos daba una asignación, que en mi caso eran 40 dólares a la semana para vivir."

(Image credit: Kelly Garni)

Fue frustrante. Me estaba haciendo mayor; tenía 20 años, y aún no habíamos llegado a ninguna parte. Parecía que teníamos algo de éxito en Japón, y la gerencia insistía en que iríamos, pero nunca lo hicimos. Todo esto terminó en un estado de ebriedad. La noche anterior, había ido a un club llamado Cabaret y se incendió.

Todos salieron corriendo del edificio, dejándome sentado allí con dos chicas. Empezaba a parecer que pensábamos: "Bueno, quizá deberíamos irnos también", pero yo estaba tomando una cerveza y un cigarrillo y no quería irme todavía. Pensé: "¿Y qué si hay un incendio?". ¡Esa es la estupidez de la juventud; la invencibilidad de la juventud!

Al salir por la puerta, vimos que el bar estaba abandonado, así que me acerqué de un salto y empecé a darles botellas de alcohol a las chicas. Agarré un montón de botellas, ¡y las chicas se las estaban metiendo en los sujetadores, en los pantalones y en los bolsos!

Al salir, había mucha gente, y un camión de bomberos se detuvo y nos impidió vernos. Así que fuimos a mi coche, abrimos el maletero y lo pusimos todo ahí. Tenía unas 25 botellas de licor. Al día siguiente llamé a Randy y le dije: «Oye, el Cabaret se incendió y robé el bar. Tengo un montón de alcohol por aquí. ¡Ven a la fiesta!».


Después de cuatro o cinco horas bebiendo, empezamos a hablar del problema con Kevin. Se nos fue de las manos. Le dije a Randy que se fuera, pero se negó. Y yo vivía en el Barrio de Van Nuys, un lugar bastante peligroso, así que tenía una pistola escondida en el sofá.

Saqué la pistola y disparé al techo, pensando que eso haría que Randy se fuera. Pero no tuvo miedo; no se fue, cargó directo hacia mí. La pistola era automática, así que se recargó y amartilló sola. La tiré a un lado para sacarla del lío, y la pelea empezó.

¿Se habían peleado Randy antes?

Ciertamente no era la primera vez que nos peleábamos a puñetazos. Nos hicimos hermanos, nos peleábamos y nos revolcábamos en el suelo; y eso fue básicamente lo que pasó, aunque fue un poco más serio. También era terrible lo borrachos que estábamos, sobre todo yo, y no había terminado.

¿Fue entonces cuando tramaste el plan para encontrar, y posiblemente matar, a Kevin?

"Iba a terminar este trabajo; pensé en matar a Kevin. No creo que lo hubiera hecho, simplemente no es mi estilo. Pero sin duda lo habría asustado, y probablemente habría hecho que llamaran a la policía."

(Image credit: Fin Costello/Redferns/Getty Images)

Cuando me subí al coche e intenté conducir, no pude. Tuve que dar la vuelta a la manzana para volver a aparcar y me pasé de la raya justo delante de un policía de Los Ángeles. Me detuvieron delante de mi casa; llevaba una pistola en una funda de hombro bajo la chaqueta, y me fui a la cárcel.

Una vez que Kevin y la gerencia se enteraron del episodio, dijeron: 'Bueno, ya está. Tiene que irse; es un problema muy grande'. Eso fue todo.

¿Qué opinó Randy al respecto?

Hablé con Randy al día siguiente, después de salir de la cárcel. Nos reíamos de todo el asunto. Si teníamos alguna pelea, siempre nos reconciliábamos rápidamente y se volvían divertidas. A la mayoría de la gente no le parece gracioso, pero lo hicimos, porque nadie salió herido.

Bueno, había un poco de sangre; Randy me pasó su famosa uña larga por la frente y me la abrió bastante. Pero nadie fue hospitalizado ni nada.


¿Randy se conformó con que te echaran?

“Se ofreció a ir conmigo. Le dije: ‘No, tú quédate. Yo me iré. Estaré bien; haré otra cosa. Tú lo crees, así que continúas’. Seguíamos siendo amigos. Pero él estaba en la banda y yo no. Di un giro de 180 grados, me corté el pelo, me matriculé en la escuela de paramédicos y tenía un trabajo esperándome al graduarme. Trabajé y atendí llamadas en la parte trasera de una ambulancia durante los siguientes 10 años en Los Ángeles”.

¿Te arrepientes de algo de cómo terminaron las cosas?

“No. Lo pensé hace un tiempo; siempre intentaba encontrar la manera perfecta de decir lo que quería decir, y finalmente se me ocurrieron los sentimientos que parecían justificar todo lo sucedido. No me arrepiento de nada porque Randy necesitaba estar con mejores músicos que yo y los demás de Quiet Riot”.

Como los chicos con los que terminó en la banda de Ozzy.

Se mire como se mire, en algún momento, Randy y yo, aún mejores amigos, íbamos a tener que separarnos. Si me hubiera quedado en la música, habría sido mucho más difícil. Nunca, jamás, iba a ser bonito. ¡Pero al menos nos reímos, aunque nadie más lo hizo!

Has recibido muchas críticas de personas con una perspectiva diferente.

“Me señalan con el dedo. Mi historia se complica. Me dicen: ‘Tú eres el que intentó matar a Randy Rhoads’. Me río y digo: ‘No estabas allí; no lo sabes’. Randy necesitaba estar con mejores personas. Después de nueve años tocando juntos, ¿cómo podría ser algo amistoso?”

¿Alguna vez hiciste las paces con Kevin DuBrow?

“Eso pasó. Un amigo en común vino y me dijo: ‘Kevin y tú tienen demasiada historia juntos. Es una pena que no sean amigos. Necesitan reunirse y resolverlo’. Y eso fue básicamente lo que hicimos.

“En apenas tres segundos empezamos a abrazarnos y a llorar. Poco después, se mudó a Las Vegas y nos hicimos muy amigos. Él siempre estuvo ahí para mí y yo para él. Y, por supuesto, hablamos mucho de Randy”.

Fuente: Guitar World