martes, 18 de noviembre de 2025

Entrevista con Mariana Luzuriaga, autora de "Quiet Riot: Historia De La Banda"

En el universo eléctrico del hard rock, pocas historias vibran con tanta intensidad como la de Quiet Riot. Reconstruir ese recorrido —sus tensiones, sus reinvenciones y su eco en la cultura musical— exige una mirada que combine rigor, pasión y una sensibilidad especial para escuchar lo que late detrás de los amplificadores. Eso es justamente lo que consigue Mariana Luzuriaga en Quiet Riot: Historia De La Banda, un libro donde investigación y narrativa se cruzan para iluminar los rincones menos contados de la legendaria formación.

En esta entrevista, Luzuriaga abre la puerta a su proceso creativo: los descubrimientos que marcaron la escritura, las preguntas que guiaron su investigación y el desafío de capturar la esencia de una banda que dejó una huella indeleble en el rock. Lo que sigue es una invitación a sumergirse en su mirada y en la historia de un sonido que, décadas después, sigue resonando con fuerza.

¿Qué fue lo que te llevó a escribir un libro sobre Quiet Riot?

Soy una gran seguidora de varias bandas de metal y rock y Quiet Riot es una de ellas, para mi las bandas que sigo son casi como una famila, es decir las escucho desde siempre y es algo de todos los días. De Quiet Riot no solo me gusta la música: me llegan  las historias, las luchas, las contradicciones. Y sobre todo, Kevin DuBrow. Cuando descubrí que casi no había material en español que tratara la historia de la banda, decidí escribir el libro que yo misma hubiera querido encontrar. Quiet Riot tiene una historia increíble, llena de humanidad, sueños, errores y triunfos. Sentí que quería contarla no solo como escritora, sino también como una gran admiradora, con respeto e intentando ser neutral en mi opinión sobre varios temas que uno como seguidor solo ve desde afuera, pero que te llegan. 

¿Cómo descubriste a Quiet Riot y qué te impactó al principio?

Lo primero que me impactó fue la energía. Ese cuarteto —Kevin DuBrow, Cavazo, Sarzo y Banali— transmitía algo explosivo, auténtico, casi juvenil. No era solo música: era actitud, deseo de triunfo, euforia. Parecían pibes de barrio con ganas de comerse el mundo. Esa mezcla de fuerza y vulnerabilidad me atrapó totalmente.

¿Cómo investigaste la información que incluiste en el libro?

Me sumergí en entrevistas, documentales, archivos viejos, revistas y conversaciones de músicos. Crucé fuentes, comparé versiones, reconstruí fechas. En las historias de bandas siempre hay contradicciones, pero traté de encontrar lo más cercano a la verdad. A pesar de que el libro no es muy extenso, fue un trabajo largo, pero lo disfruté muchísimo. Quiero destacar que mi libro fue publicado en 2020 cuando Frankie aún estaba en tratamiento y en el libro lo dejo expresado. El libro posiblemente sea actualizado en los próximos meses.

¿Qué miembro te resultó más fascinante al investigar?

Kevin DuBrow. Sin lugar a dudas! Para mí, él es el alma de Quiet Riot. Tenía ese tipo de carisma único: soñador, intenso, divertido, eufórico. Era una fuerza de la naturaleza. Un líder imperfecto, pero un líder real. Sin Kevin, Quiet Riot no hubiera tenido esa identidad tan marcada.

¿Sentiste algo especial al escribir sobre Randy Rhoads?

Sí, fue duro. Randy era un virtuoso puro, y su muerte tan temprana siempre va a doler. Pero también creo que la formación posterior —el cuarteto clásico— encontró una química única que como sabemos superó la etapa de Randy. Randy era un profesional impecable pero Cavazo tenía otra chispa, otra energía como más contagiosa que encajó perfecto con Kevin. Eso creó algo más explosivo.

¿Qué te conmovió más de Kevin DuBrow?

Su esencia. Kevin era de esos artistas que lo sienten todo al 200%. Soñador, rebelde, visceral, emocional. Tenía momentos luminosos y momentos oscuros, pero siempre era él mismo. Su historia está llena de altos y bajos, pero nunca dejó de amar a su banda. Y eso lo convierte en alguien inolvidable. Hay que tener en cuenta algo; Kevin fue despedido de su propia banda y luego cuando la banda queda en pausa él vuelve a luchar por ella, Quiet Riot era su gran amor, jamás se resignó a perderla y los seguidores lo adoraban por eso, yo lo adoro por eso!

¿Qué descubriste sobre Quiet Riot que te cambió la visión?

Descubrí cuán humanas eran sus peleas. Mucha gente ve los conflictos como algo negativo, pero yo creo que en una banda de heavy metal es parte del espíritu. El metal es rebelde, desafiante, impulsivo. Esa misma energía que causa choques internos es la que genera riffs increíbles y letras intensas. No es un ballet clásico: es metal, es rock y es más pasión que protocolo.

¿Por qué creés que "Metal health" fue tan grande?

Porque era auténtico. Aunque el tema más famoso del disco haya sido "Cum on feel the noize", una versión de Slade, Quiet Riot no buscaba imitar a nadie, mejoró explosivamente esa versión,  considero que sigue habiendo algo muy autentico en ello, es decir aprecias una canción, admiras su letra y dices "Creo que sería una bomba cambiarle esto o aquello", y cuando esa visión que tienes te lleva al éxito, confirma que realmente eres autentico porque la fórmula que funcionó es la tuya. "Metal health" es corazón, actitud y lucha,  y ese cuarteto estaba en su punto máximo. Cuando la vida te golpea mucho antes de tener éxito, el día que finalmente lo conseguís… se nota. Ese disco transmite esa energía: “Estamos acá. Llegamos. Y no nos van a ignorar.”

¿Cuál fue el momento más difícil de narrar?

La muerte de Kevin. Porque yo lo admiro profundamente. Aunque verdaderamente no hay tanto detalle sobre ello, no hay tanta información, lo cual me parece bastante correcto para preservar la privacidad de Kevin y su familia. Saber cómo estaba, leer algunos testimonios, reconstruir esos días… me dio un poco de tristeza porque creo que Kevin podría haberse recuperado de sus adicciones y seguir mucho más tiempo haciendo la música que amaba, aún era joven y lleno de talento. Espero haberlo contado bien, con respeto para Kevin, su familia, sus amigos y sus seguidores.

¿Cómo ves los conflictos dentro de una banda?

Normales. Hasta necesarios. Una banda es como una familia intensa y acelerada. Además, en el heavy metal hay un espíritu salvaje, como dije antes, que amamos justamente porque es auténtico. Ese carácter fuerte que genera peleas es el mismo que te permite escribir un riff inolvidable o subir al escenario como si fuera la última noche del mundo. Con el tiempo, cuando todo pasa, la mayoría reconoce el talento del otro. Son profesionales. Son artistas. Es solo el momento, nada más.

¿Qué formación considerás la más poderosa?

Aunque otros destacados músicos hayan formado parte de Quiet Riot a lo largo de su existencia, la formación de Kevin, Cavazo, Sarzo y Banali es mi favorita, sin dudas. No solo por técnica: por química. Esa mezcla era electricidad pura. Eran cuatro fuerzas chocando, pero cuando chocaban… explotaba magia. Amé esa formación eran perfectos.

¿Qué querés que el lector sienta al terminar tu libro?

Yo sé que no necesito cambiar en nada la mentalidad de los amantes de esta banda, Quiet Riot fue grandiosa. Quiet Riot para mi es una banda que tuvo todo, sin poner esa etiqueta de "Álbum o canción en el puesto N° tanto"... fue mucho más que una banda con un hit en Billboard. Tuvo una formación increíble de talento que luchó, que peleó y que brilló, pero principalmente tuvo un gran amor hacia lo que hacía y eso es algo que el público siente, que no se puede simular, es autentico.


Queda claro que la historia de Quiet Riot no es solo la historia de una banda: es la historia de una energía que se niega a apagarse. Su libro no busca clausurar un mito, sino reencenderlo, avivando las brasas de un legado que sigue vibrando en cada fan, en cada escenario y en cada riff que nos recuerda por qué el rock jamás muere. Y así, mientras sus palabras se disipan, algo permanece: esa sensación inconfundible de que, cuando una historia está bien contada, no termina con la última página… empieza a hacer más ruido.


 Detalles del producto

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    Accesibilidad: ‎ Más información
    Fecha de publicación: ‎ 16 Junio 2020
    Idioma: ‎ Español
    Tamaño del archivo: ‎ 7.1 MB
    Uso simultáneo de dispositivos: ‎ Sin límite
    Lector de pantalla: Respaldados
    Tipografía mejorada: ‎ Activado
    Word Wise: ‎ No activado
    Número de páginas: ‎ 57 páginas
    Page Flip: ‎ Activado
    Curso: ‎ 12 and up 

Blog de Mariana Luzuriaga

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lunes, 17 de noviembre de 2025

Quiet Riot: Ruido, imagen y ascenso social del heavy metal a través de "Bang thy head" (1983–1986)

(Fabián Solari) La contraportada de la videocinta publicada por CBS/Fox Video Music en 1986 —un compendio de videoclips y escenas en vivo de Quiet Riot— constituye un documento paradigmático del tránsito del heavy metal desde los márgenes del sonido a la cultura popular. El texto promocional no se limita a describir contenidos: diseña una épica. A través de un lenguaje incendiario y un imaginario visual excesivo, el video se propone como prueba física del ascenso social del género, como si capturara en celuloide el momento en que el metal deja de ser una subcultura clandestina para convertirse en fenómeno masivo.

La pieza se abre con la proclama “Bang Thy Head”, una declaración contundente que anuncia un “asalto sónico total”. La retórica empleada —explosiones, hordas, liberación, poder imparable— es característica de la narrativa glam-metal de mediados de los '80, donde la exageración es un recurso expresivo más. En este caso, la hipérbole tiene un doble propósito: legitimar a Quiet Riot como fuerza histórica (“el primer álbum de una banda de heavy metal en alcanzar el nº1 del Billboard”) y justificar el propio formato visual, presentado como extensión natural del impacto sonoro.

Musicalmente, el repertorio seleccionado —“Cum on feel the noize”, “Metal health (Bang your head)”, “Mama weer all crazee now”, “The wild and the young”— constituye un arco que encapsula la estética del metal californiano: riffs de alta densidad, estribillos coreables, una batería frontal, y un uso del volumen como herramienta identitaria, no solo técnica. Quiet Riot entendió que el metal de los '80 no debía esconder su teatralidad; debía celebrarla. Así, cada canción funciona como cápsula de energía escénica: una combinación de ritmo marcial, melodías accesibles y un despliegue vocal diseñado para sonar tan grande como la actitud que lo sostiene.

Desde el punto de vista sociológico, la contraportada subraya un elemento clave: la entrada del heavy metal en el hogar suburbano estadounidense. La secuencia descrita en “Party all night”, donde una “horda de fiesteros invade un barrio pacífico”, dramatiza la llegada del metal al espacio social que más resistía su estética. Quiet Riot representa la transgresión domesticada: un caos que puede comprarse, reproducirse y celebrarse en un salón familiar. Este fenómeno coincidió con la expansión del VHS y la hegemonía de MTV, que transformaron al metal en el primer género juvenil cuya identidad visual se volvió tan decisiva como su sonido.

 

Visualmente, las imágenes del video —posiciones extremas, vestuarios animales, brillos, cuero, máscaras, luces incandescentes— condensan la iconografía total del glam-metal. Aquí el exceso no es un adorno, sino la forma misma del discurso. Las máscaras mencionadas en el texto promocional, así como la presencia de elementos de contención (chaquetas de fuerza, figuras enjauladas), remiten a un imaginario psiquiátrico y carnavalesco muy propio de la década: la locura como símbolo de libertad creativa y la identidad como artificio asumido. Quiet Riot no se presenta como una banda “realista”, sino como un dispositivo de espectáculo donde todo —sonido, ropa, actitud— está potenciado.

La contraportada insiste en el carácter histórico de "Metal health" (1983), recordando que fue el primer álbum de heavy metal en alcanzar la cima de Billboard desde los días de Led Zeppelin. Este hito marcó una transición fundamental: el metal dejó de ser una resistencia cultural y empezó a funcionar como industria rentable. La videocinta —y en este caso también la obra en formato laser disc— documenta precisamente ese punto medio entre lo crudo y lo comercial, entre la energía subterránea que dio origen al género y la estetización masiva que caracterizó su expansión global.

En suma, este vídeo de 1986 opera como documento histórico, artefacto visual y propaganda del glam-metal. Su narrativa promocional celebra la desmesura sonora, la iconografía estridente y la vitalidad juvenil como fuerzas transformadoras. Quiet Riot es presentado no solo como grupo, sino como síntoma de una época en que la imagen amplificaba al sonido y el ruido se convertía, paradójicamente, en un camino hacia el éxito social.

La videocinta/laserdisc es, así, testimonio de un fenómeno mayor: la consolidación del heavy metal como cultura popular, su ascenso al mainstream y la reafirmación de una estética del exceso que hoy constituye uno de los capítulos más influyentes y fascinantes de la historia del rock.

martes, 11 de noviembre de 2025

Quiet Riot y “Metal Health”: el día que un álbum de heavy metal alcanzó la cima por primera vez

  • Hace más de cuatro décadas, en un movimiento que sorprendió a la industria y cimentó el nacimiento del hair metal, Quiet Riot hizo historia.
  • Su disco "Metal Health" destronó a The Police y se convirtió en el primer álbum de heavy metal en alcanzar el número uno en el Billboard 200.
  • Con una estética explosiva, himnos como "Cum On Feel the Noize" y un videoclip digno de MTV (con camisas de fuerza y máscaras de hierro), la banda demostró que el metal ya no era solo música: era un fenómeno de masas, laca y un sonido demoledor.

Lakeland, Florida, 16 de octubre de 1983: Carlos Cavazo, Frankie Banali, Kevin Dubrow y Rudy Sarzo de Quiet Riot entre bastidores antes de telonear a Iron Maiden. Foto: Christopher Lee Helton.


(Daniel Meza) La fecha es 1983. Mientras en la pantalla grande las audiencias se maravillaban con Star Wars: El Retorno del Jedi o Blade Runner de Ridley Scott, en el Sunset Strip se gestaba una revolución tan ruidosa como inesperada. El glam metal saturado de laca, maquillaje y con un brillo de espectáculo que no se veía desde la escena británica, estaba listo para tomar por asalto la cultura popular.

El vehículo de esta explosión no fue ninguna de las superbandas que dominaban las listas (como Mötley Crüe o Def Leppard) sino un grupo de inadaptados de la escena de L.A. que había estado a punto de colapsar: Quiet Riot.

El 26 de noviembre de 1983, se selló un hito histórico que redefinió la industria musical y abrió las puertas a toda una década de pelo largo y excesos. En esa fecha, el álbum Metal Health de Quiet Riot destronó a Synchronicity de The Police en el número uno de la prestigiosa lista Billboard 200. Por primera vez en la historia, un álbum de heavy metal (o lo que se conocería como hair metal o glam metal) se coronaba como el más vendido del país.

"Metal Health" de Quiet Riot: un sonido nacido de la obsesión y el espectáculo

La historia de Quiet Riot es una de perseverancia, tragedia y, finalmente, un éxito tardío. La banda había sido la cuna del legendario guitarrista Randy Rhoads, cuya muerte en 1982 sumió a los miembros restantes en la duda. Pero la reunión, impulsada por el productor Spencer Proffer, se centró en una nueva fórmula: la mezcla explosiva de riffs robustos, coros pegadizos y, sobre todo, un show ineludible.

Publicado el 11 de marzo de 1983, "Metal Health" fue el caballo de Troya perfecto del metal hacia el mainstream, catapultado por dos himnos imparables que, hasta el día de hoy, siguen más que vigentes.

Primero, con "Cum On Feel the Noize": aunque la banda grabó a regañadientes este cover del grupo glam rock británico Slade, la versión de Quiet Riot se convirtió en el grito de batalla de toda una generación. El sencillo alcanzó el número 5 en el Hot 100, demostrando que el público juvenil ansiaba una música que fuera a la vez dura y bailable. 
 

Quiet Riot en 1983: Rudy Sarzo, Kevin DuBrow, Frankie Banali, Carlos Cavazo. Foto: Chris Walter



En una entrevista con Modern Drummer, Frankie Banali recordaría cómo surgió la idea de hacer un cover de "Cum On Feel the Noize":

"Cuando grabábamos 'Metal Health', nuestro productor, Spencer Proffer, quería lo que él llamaba un tema 'de seguridad'", explicó Banali. "El caso de 'Cum on Feel the Noize' era que había sido un éxito para Slade en todas partes menos en Estados Unidos. Spencer pensó que la canción encajaría muy bien con nuestros temas originales, así que la grabamos. Ni siquiera la ensayamos porque a la banda no le entusiasmaba mucho la idea. Así que no nos la tomamos demasiado en serio, y probablemente por eso suena tan fresca. Nos sentamos y la repasamos una vez. Entre Spencer y yo, trabajamos en el arreglo y lo perfeccionamos. Luego la grabamos. Fue así de sencillo".

A este éxito se sumó el verdadero manifiesto de la banda, "Metal Health (Bang Your Head)". El tema estaba inspirado en la experiencia del bajista Rudy Sarzo en las giras de Ozzy Osbourne en el Reino Unido, donde los fans adoptaron el hábito de "golpear sus cabezas" contra el escenario. Con un riff demoledor y el coro "Bang your head! Metal health will drive you mad!", la canción se consolidó como el ancla del naciente movimiento hair metal.

Si los '80 fueron la década del espectáculo -un momento en que la ciencia ficción, de E.T. a Volver al Futuro, dominaba la taquilla-, Quiet Riot entendió que el rock necesitaba su propia superproducción. Y el escenario fue MTV.

El video de "Metal Health (Bang Your Head)" fue tan crucial como la música. Con el vocalista Kevin DuBrow ataviado con una camisa de fuerza roja y una máscara de hierro (la misma que adorna la icónica portada del álbum), el clip presentaba a la banda escapando de un manicomio para tomar el escenario. Era un símbolo perfecto: el metal, el género "loco" y marginal, irrumpiendo en la sala de estar de Estados Unidos.

Gracias a la rotación constante en MTV, la imagen de Quiet Riot se grabó en el imaginario colectivo, convirtiendo su sonido en un fenómeno de masas.

El triunfo de "Metal Health" (que vendió más de seis millones de copias solo en EE. UU.) fue mucho más que un éxito personal para Quiet Riot; fue la certificación de un nuevo género en la cima musical.

Al reemplazar al new wave sofisticado de "Synchronicity" (The Police), el álbum demostró a las grandes discográficas que la fórmula de guitarras distorsionadas, baterías potentes y una estética glam podía ser enormemente rentable. Quiet Riot no solo hizo historia: encendió la mecha. Su éxito allanó el camino para que bandas como Mötley Crüe, Bon Jovi, Cinderella, Warrant, Poison, Guns N' Roses, entre otras tantas más, dominaran la escena mundial durante los años venideros, forjando la identidad ruidosa y espectacular que definió el rock y metal de los '80.

El día que "Metal Health" alcanzó la cima, el heavy metal dejó de ser un culto de la underground para convertirse en la banda sonora más ruidosa de la cultura pop global.
 

El álbum "Metal Health" de Quiet Riot fue uno de las producciones que abrieron las puertas del mainstream al glam metal en la década de los '80.


 
Fuente: Clarín

lunes, 21 de julio de 2025

Quiet Riot encabezará el Streator Fest

(Ryan Searl by Shaw Local) Streator Fest, uno de los festivales más grandes y esperados del centro-norte de Illinois, regresa del 31 de julio al 3 de agosto en Northpoint Plaza en Streator.

Esta celebración de varios días presenta a artistas musicales nacionales, uno de los espectáculos de fuegos artificiales más grandes del sur del estado de Illinois, una vibrante cervecería al aire libre y una amplia variedad de puestos de comida.

Streator Fest sigue subiendo el listón con su estelar cartel musical que abarca las cuatro noches del festival, presentando a reconocidos artistas tributo al rock, country y la música regional. Los asistentes podrán disfrutar de una combinación de actuaciones en el escenario principal y pre-fiesta durante todo el fin de semana. Las entradas de preventa comienzan desde solo $10 por noche para la entrada general. Los pases de 3 días cuestan solo $20 y los pases VIP de 3 días están disponibles por $60.

El Streator Fest regresa del 31 de julio al 3 de agosto con artistas principales de gira nacional. Foto cortesía de Streator Fest.

El festival comienza el jueves 31 de julio y presenta a Quiet Riot como cabeza de cartel. Las festividades comenzarán con una ceremonia de apertura a las 6:45 p. m. Los conciertos de la noche comenzarán con una presentación de un artista tributo local muy popular.

La legendaria banda de metal de los '80 es conocida por éxitos que encabezan las listas y sencillos favoritos de los fans como "Bang Your Head". También actuará Britny Fox, una de las favoritas del glam metal de la misma época, conocida por éxitos como "Girlschool" y "Long Way to Love". Esta noche temática también contará con la participación de un artista tributo local muy popular, Bush, de los '80. [...]

Además de la música, Fantasy Amusement trae nuevas atracciones para todas las edades, ofreciendo uno de los carnavales itinerantes más grandes del estado. Los mega pases para el carnaval se pueden comprar con antelación en Streator's Ace Hardware, B&R Groceries East & South, Lori's Mailbox and Parcel, Shaw Appliance, SOCU North Point, SOCU Shabbona St, Streator Community Credit Union y Streator Home Savings Bank.

El recinto del festival también contará con una gran variedad de puestos de artesanías y comida a diario, con una animada carpa de cerveza que servirá bebidas frías durante todo el fin de semana. Los pases VIP para la Fiesta en Pista están disponibles en noches selectas, ofreciendo acceso premium cerca del escenario, cordones exclusivos, bares y baños privados, y una pulsera para mayores de 21 años para la compra de alcohol. Para facilitar el control de las multitudes, se ofrecerá un servicio de transporte gratuito desde los estacionamientos externos.

Atención: La entrada al recinto del festival es gratuita (los conciertos y el carnaval requieren entrada). Se permiten bolsos pequeños y bolsas de pañales, pero están sujetos a revisión. Se permiten sillas de jardín en la zona de admisión general (con excepciones específicas los domingos). Se permiten sillas de ruedas en todo el recinto, incluida la sección VIP. Por seguridad, no se permiten mascotas, comida o bebida del exterior, bicicletas, patinetes ni armas de ningún tipo. Se requiere una identificación válida para la venta de alcohol y es obligatorio el uso de pulseras.

Para obtener más información sobre el festival, anuncios de artistas y novedades, visite StreatorFest.com o siga a Streator Fest en Facebook.

Fuente: Shaw Local

lunes, 30 de junio de 2025

Entrevista con Osvaldo Marzullo, periodista que cubrió Quiet Riot en Buenos Aires

(Fabián Solari) En la tarde de hoy estuvimos charlando con el periodista Osvaldo Marzullo acerca de la cobertura que hiciera en ocasión de la visita de Quiet Riot a Buenos Aires en abril de 1985. En aquella ocasión la banda estaba integrada por Kevin DuBrow en voz, Carlos Cavazo en guitarra, Kjell Benner en bajo y Frankie Banali en batería. Unos meses antes de la gira latinoamericana, el bajista Rudy Sarzo se alejó quedando libre el bajo. Rápidamente debieron ocupar el puesto ya que Chuck Wright se sumaría al regreso a Estados Unidos una vez finalizado el tour. El escogido fue el músico de sesión Kjell Benner. De la llegada, la entrevista y el concierto estuvimos hablando con Osvaldo Marzullo.

Kjell Benner, Kevin DuBrow, Carlos Cavazo, Frankie Banali en el Aeropuerto de Ezeiza.

Quiet Riot Argentina: ¿Qué recordás de aquellas jornadas, puntualmente?

Osvaldo Marzullo: Lo que recuerdo así de inmediato es el descontrol, sólo comparable a Riff en Ferro. Lo recuerdo bien porque estuve en recitales con bardo como BA Rock, a mí me gustaba mucho Pappo y aquella noche de Quiet Riot lo primero que recordás es el quilombo. Hay que situarse también en el contexto sociopolítico de ese momento.

QRA: Para ese momento solo había venido Van Halen en 1983.

OM: Había venido también Queen pero era en una cancha muy grande que hacía otro estilo, con un público no tan rockero. Con Van Halen también fue pesado en el ambiente en Obras. El contexto del momento en el que vino Quiet Riot era denso ya que en diciembre del '83 había terminado la dictadura, pero después de eso no es que fue todo rosa y todos eramos libres y buenos. La gente venía de muchos años de represión, en los recitales te cagaban a trompadas, te metían arriba de un patrullero simplemente por tener el pelo largo o por tener olor a patchouli porque decían que lo usaban los drogadictos; de repente la policía se encontró que ya no tenía el poder que había tenido durante el gobierno militar. La gente, entonces, se sentía libre como para enfrentar a la fuerza. Por otro lado, la policía se sabía menos poderosa por lo cual desafiaba la situación diciendo '¿ustedes querían democracia? ahí tienen democracia', mátense entre ustedes y dejaba hacer. Te lo decía en la cara y te lo demostraba. 'Escuchame, me rompieron el vidrio del auto...', ustedes querían democracia, ahí la tienen. Estas cosas no se pueden dejar de lado a la hora de analizar a Quiet Riot en Argentina, como las cosas que pasaban en la cancha. Si le preguntás a Mundy (Epifanio, manager de Riff) lo que le hicieron en Ferro te vas a dar cuenta (la policía obligó a la organización a contratar seguridad policial, cobró el servicio con el adicional correspondiente y a la hora de controlar miró para otro lado y se retiró).

QRA: Es en ese contexto que se da un recital grande de una banda heavy en el cenit de su carrera.

OM: Claro, el primer recital grande de un grupo heavy en un estadio más grande que el que había utilizado Van Halen; la gente decía 'ya llevamos un año y pico de democracia...'. Calculá que en una época vos prendías un porro en un recital o estabas medio borrachito y te agarraban de los pelos porque estaba la policía de civil y estaba la División de Drogas Peligrosas y la Superintendencia de Seguridad Federal que mandaban tipos de civil a los recitales a detener gente. Hoy es incomprensible.

QRA: En medio de todo ese ambiente social llega Quiet Riot y vos tuviste la suerte (o la desgracia) de tener que hacer la cobertura. Hablemos un poco de eso.

OM: Por lo general yo iba solo o con el fotógrafo de Pelo (revista de pop rock especializada) a los recitales. Si mal no recuerdo era Gabriel Rocca. A ese recital había ido con la chica que era mi novia en ese momento. A ella le gustaba como a todos, el tema que ponían en la radio, "Cum on feel the noize" y cuando le comenté me pidió que la llevase. Fuimos pero llegamos tarde, ya estaba todo descontrolado por todos lados, yo tenía pullman. Todo estaba explotado de gente, locura total. Los acomodadores estaban asustados, no te daban bola. En la puerta que comunicaba la platea con el pullman había gente arriba sentada y de abajo la gente los hamacaba. Comportamiento totalmente salvaje, como en un zoológico, jajaja. 

QRA: A todo esto, el recital no había empezado aún, era la previa.

OM: Claro, si bien habían bajado las luces, no había empezado. Logramos acomodarnos en un sector del pullman. En un momento, ya iniciado el recital, se viene abajo una torre de sonido y tal vez por eso después no se entendía nada, era una bola de ruido. Comentario entre paréntesis, el Luna Park - hasta que Pepito Cibrián hizo Drácula - era un galpón con techo de chapa donde no sonaba bien nada ni nadie. Dicho por los músicos mismos. En realidad nunca fue bueno el Luna y tengo entendido que sigue sin serlo a pesar de las mejoras con los paneles acústicos.

QRA: Yo fui a ver a Los Violadores en 2016 y el sonido era bastante malo, no se escuchaba bien. Me imagino en aquella época...

OM: Nunca nadie sonó bien ahí, ni Jeff Beck, ni Spinetta. La diferencia la marcó Pepito Cibrián. Quiet Riot no vino con sonido. El sonido lo puso la organización. Quien puso la plata fue Daniel Ripoll pero era otra persona la que se encargaba de ejecutar. Recuerdo que fue el viernes 19 de abril. El lunes por la mañana voy a la editorial y le pregunto a Daniel qué quería que hiciese con el artículo que tenía que escribir. Le pregunté porque él había puesto el dinero y no sabía si quería que omita lo malo y solo ponga lo bueno o todo y me dijo 'poné toda la verdad'. Muchos músicos amigos que habían ido y con los que yo había hablado el fin de semana me habían dicho cosas negativas. Si la opinión generalizada del rock es esa, salir a decir que estuvo bueno el recital de Quiet Riot... Era inocultable, los medios se hacían una fiesta con los recitales, los escándalos del rock para Crónica eran como un manjar... siempre el mito incomprobable de que habían violado a una chica debajo del escenario. Sinceramente no vi nada de eso, no escuché a nadie decir nada semejante ni a la policía.

QRA: Lo que uno recuerda de la época, sobre todo de los medios, es sobre cuestiones ajenas a la música y cercanas a las policiales.

OM: Violencia con piñas y golpes, sí. Lo de la violación siempre se decía lo mismo en todos lo recitales grandes más que nada. Lo que pasa es que el contexto sociopolítico del que hablábamos antes tuvo mucho que ver. También hay un problema insoluble para el rock que es el público que va sin entrada, una de las causas por las cuales el Indio dejó de tocar. El ex manager Julio Sáez, decía que no había solución porque si se reprime va en contra de todo lo que la gente ideológicamente cree de nosotros y si no reprimimos, en el recital siguiente entra el doble de gente y se corre la bola entonces nadie va a sacar entrada.

QRA: Volviendo a Quiet Riot, vos entrevistaste a los músicos ¿fueron a Ezeiza?

OM: No, fue en los camarines del Luna Park el día de la prueba de sonido. Creo que habían llegado un día antes del show.

QRA: Llegaron con los tiempos acotados desde Brasil porque debían volver a Brasil para seguir la gira ya que la fecha de Buenos Aires fue la única posible debido a que todo el tour estaba armado a la hora de buscar un lugar en la agenda.

OM: Recuerdo que me dijeron que todos hablaban español, mi inglés era 'very difficult' parafraseando a Carlos Tévez.y yo fui confiado, entré saludando pero el único que hablaba bien era Banali. Cavazo tenía cara de pocos amigos y no le gustaba para nada el tema de no hablar en inglés. Estuvo toda la entrevista reclinado con cara de enojo sin emitir palabra. Frankie muy macanudo, muy amable, Kevin algo hablaba en español. Oscar Ripoll, el hermano de Daniel (el organizador, editor de las revistas Pelo y Metal) - que había venido conmigo porque estaba en la parte organizativa y era el nexo entre la organización y los que armaban el escenario - como vivía en Estados Unidos hablaba bien inglés entonces ofició de traductor. La entrevista, básicamente, la respondió Banali. Una banda que me gustaba Quiet Riot, dos discos de ellos los escucho cada tanto, me encantan y los otros discos que escuché tienen cosas interesantes.

QRA: Lo que pasa también, es que dejaron de tener difusión después de "Condition critical", les soltaron la mano. De hecho siguen tocando ahora con el liderazgo de Rudy Sarzo tras la muerte de Kevin primero y Banali después. Aún así, siguen viajando y tocando por todo Estados Unidos.

OM: Lo que tienen allá son muchos clubes, tocan en clubes, boliches, lugares que están habilitados para eso.

QRA: Nunca pude conseguir el setlist ¿recordás los temas que tocaron?

OM: Recuerdo que se basó en temas de "Metal health" y "Condition critical". A mí me gustaba mucho el tema "Stomp your hands, clap your feet" y lo tocaron. Lo que yo le encontraba a Quiet Riot era un sonido muy distinto en la batería respecto del resto de las bandas. El bombo era muy profundo. Yo hago un programa para YouTube llamado "Mil novecientos ochenta y rock" con gente de aquella época y me acuerdo que entrevisté a Mario Ian (Hellion, Alakran, Rata Blanca, Devenir, Ian) y le comenté que el sonido de Devenir era similar a Quiet Riot y se enojó, jajaja. Yendo a Quiet Riot nuevamente, creo que Carlos Cavazo, si me apurás, era más guitarrista para Quiet Riot que Randy Rhoads. Randy era más para Ozzy.

viernes, 27 de junio de 2025

Kelly Garni fundó Quiet Riot, pero terminó a los tiros

(Andrew Daly / Traducción: Fabián Solari) Me señalan con el dedo. Me dicen: 'Tú eres el que intentó matar a Randy Rhoads'. Me río. Necesitaba estar con mejores personas. ¿Cómo podría nuestra separación ser amistosa? Kelly Garni fundó Quiet Riot, pero terminó a tiros.

(Image credit: Kelly Garni)

Iban juntos a la escuela, fundaron Quiet Riot juntos y luego tuvieron una pelea de borrachos con un arma que acabó con la carrera musical de Garni. 25 años después, volvió al bajo.

Kelly Garni creció con Randy Rhoads y formó Quiet Riot con él en 1975. El bajista fue despedido tres años después tras una pelea de borrachos con el guitarrista, cuya prometedora carrera terminó en un accidente aéreo siete años después.

"Estaba desconsolado", le dice Garni a Bass Player. "Ni siquiera pude ir al funeral. Simplemente no quería ver esa realidad".

Ya había dejado de tocar y había comenzado una nueva vida como paramédico. Le llevó años volver al bajo. “Volví a tocar a principios de mis 50; ahora tengo 68”, dice. “Recibí una llamada de Todd Kerns, que quería que tocara con su banda.

“Le dije: ‘No tengo bajo, no he tocado en 25 años. No creo que pueda’. Todd me convenció, y lo he estado haciendo desde entonces. Recibo ofertas para tocar en bandas, y podría, pero no quiero”.

Continúa: “La gente todavía respeta mucho a Randy. Tienen un gran aprecio por lo que hicimos, así que toco esas viejas canciones. Soy el último hombre en pie; Drew Forsyth [baterista] sigue vivo, pero no quiere saber nada de eso. Así que soy todo lo que tienes”.

¿Cómo se conocieron Randy y tú?

“Era un chico que me llamó la atención en el instituto y que parecía muy interesante. Los dos estábamos en una escuela nueva, como marginados, así que nos conectamos. Fui a su casa y me dijo que tocaba la guitarra.

“No sabía tocar solo, pero me pareció bastante bueno. Estaba tomando clases con Scott Shelly en la escuela de música de su madre. A partir de ahí, empezó a necesitar un bajista, ¡así que me convirtió en bajista!”

¿Randy te enseñó a tocar el bajo?

 “Empezó a enseñarme líneas de bajo. Mientras aprendía sus solos, practicaba con las mías. Tocaba durante cuatro o cinco horas seguidas, y él repetía lo mismo una y otra vez hasta que las perfeccionaba.

“A partir de ahí, mejoramos lo suficiente como para formar pequeñas bandas que tocaban en fiestas en los patios. Cuando tenía unos 15 años formamos Quiet Riot. Encontramos a Kevin DuBrow y Drew Forsyth, a quienes habíamos usado en bandas anteriores.”

¿Cuál era la visión de Randy y tú para Quiet Riot?

“Simplemente fuimos improvisando sobre la marcha. Intentamos seguir las tendencias que eran populares. Era 1976, así que Randy y yo estábamos muy influenciados por Alice Cooper, David Bowie y Black Oak Arkansas, el primer concierto al que fuimos juntos.

“Kevin estaba muy influenciado por la música británica, como Slade y bandas más llamativas. Eso chocaba un poco con lo que Randy y yo queríamos, pero lo logramos. Por eso nuestros dos primeros álbumes tienen un sonido pop: Kevin estuvo muy involucrado.”

(Image credit: Fin Costello/Redferns/Getty Images)

¿Es cierto que la gerencia los orientó hacia un estilo más ligero?

“La gerencia quería que fuéramos los próximos Bay City Rollers, y no lo hicimos. Cuando llegó el momento de componer canciones, nos decían: 'Tiene que ser más pop'. A Randy y a mí nos pareció horrible, pero Kevin se entregó por completo.

“En ese momento, él prácticamente había tomado el control de la banda. No sentía que Randy y yo estuviéramos tocando en el estilo que queríamos, pero Kevin insistió en que si queríamos triunfar, era lo que teníamos que hacer.” Así que aceptamos.

¿Cuándo apareció la querida Les Paul color crema de Randy?

"Recibió esa guitarra de nuestro primer mánager, a quien ambos adorábamos. No tenía experiencia y solo un poco de dinero, pero invirtió mucho en la banda. Para Randy y para mí, era un gran amigo.

"Randy había hablado de la guitarra, y el mánager tenía un mueble de repuesto por ahí, así que lo intercambió y se quedó con esa guitarra. Mucha gente cree que Randy le devolvió el dinero, pero no teníamos esa cantidad. Nunca vi a Randy darle dinero, y lo habría hecho, porque siempre estábamos juntos".

 ¿Podías permitirte amplificadores decentes?

“Randy tenía un cabezal Peavey Standard, que me parecía genial para el bajo. Pero él lo hacía sonar genial para la guitarra, y tenía una caja acústica Ampeg 4x12 de gran tamaño. Yo usaba dos Acoustic 370.

“Mucha gente veía el equipo de Randy y se preguntaba: '¿Cómo conseguía ese sonido?'. Pero no salía de los amplificadores, sino de sus dedos. Es extraño; el tono estaba en la punta de sus dedos.”

Aunque fuera muy joven, ¿se notaba que Randy era un gran músico?

“No había duda al respecto. No era alguien que mejorara cada seis meses, ni cada mes, ni cada semana; mejoraba cada 60 segundos. Literalmente, tocaba una cosa, y 60 segundos después la tocaba de maravilla. Y 60 segundos después, la tocaba como solo él podía hacerlo.”

Tú y Kevin no se llevaban bien cuando salió el segundo disco, lo que provocó una pelea a puñetazos entre Randy y tú, borrachos, con un arma en la mano.

"Sí. Estuve infeliz durante bastante tiempo. La banda, tal como éramos, se había estancado; no íbamos a ninguna parte ni hacíamos nada. Parecía un rollo; no había progreso. No ganábamos dinero y la gerencia nos daba una asignación, que en mi caso eran 40 dólares a la semana para vivir."

(Image credit: Kelly Garni)

Fue frustrante. Me estaba haciendo mayor; tenía 20 años, y aún no habíamos llegado a ninguna parte. Parecía que teníamos algo de éxito en Japón, y la gerencia insistía en que iríamos, pero nunca lo hicimos. Todo esto terminó en un estado de ebriedad. La noche anterior, había ido a un club llamado Cabaret y se incendió.

Todos salieron corriendo del edificio, dejándome sentado allí con dos chicas. Empezaba a parecer que pensábamos: "Bueno, quizá deberíamos irnos también", pero yo estaba tomando una cerveza y un cigarrillo y no quería irme todavía. Pensé: "¿Y qué si hay un incendio?". ¡Esa es la estupidez de la juventud; la invencibilidad de la juventud!

Al salir por la puerta, vimos que el bar estaba abandonado, así que me acerqué de un salto y empecé a darles botellas de alcohol a las chicas. Agarré un montón de botellas, ¡y las chicas se las estaban metiendo en los sujetadores, en los pantalones y en los bolsos!

Al salir, había mucha gente, y un camión de bomberos se detuvo y nos impidió vernos. Así que fuimos a mi coche, abrimos el maletero y lo pusimos todo ahí. Tenía unas 25 botellas de licor. Al día siguiente llamé a Randy y le dije: «Oye, el Cabaret se incendió y robé el bar. Tengo un montón de alcohol por aquí. ¡Ven a la fiesta!».


Después de cuatro o cinco horas bebiendo, empezamos a hablar del problema con Kevin. Se nos fue de las manos. Le dije a Randy que se fuera, pero se negó. Y yo vivía en el Barrio de Van Nuys, un lugar bastante peligroso, así que tenía una pistola escondida en el sofá.

Saqué la pistola y disparé al techo, pensando que eso haría que Randy se fuera. Pero no tuvo miedo; no se fue, cargó directo hacia mí. La pistola era automática, así que se recargó y amartilló sola. La tiré a un lado para sacarla del lío, y la pelea empezó.

¿Se habían peleado Randy antes?

Ciertamente no era la primera vez que nos peleábamos a puñetazos. Nos hicimos hermanos, nos peleábamos y nos revolcábamos en el suelo; y eso fue básicamente lo que pasó, aunque fue un poco más serio. También era terrible lo borrachos que estábamos, sobre todo yo, y no había terminado.

¿Fue entonces cuando tramaste el plan para encontrar, y posiblemente matar, a Kevin?

"Iba a terminar este trabajo; pensé en matar a Kevin. No creo que lo hubiera hecho, simplemente no es mi estilo. Pero sin duda lo habría asustado, y probablemente habría hecho que llamaran a la policía."

(Image credit: Fin Costello/Redferns/Getty Images)

Cuando me subí al coche e intenté conducir, no pude. Tuve que dar la vuelta a la manzana para volver a aparcar y me pasé de la raya justo delante de un policía de Los Ángeles. Me detuvieron delante de mi casa; llevaba una pistola en una funda de hombro bajo la chaqueta, y me fui a la cárcel.

Una vez que Kevin y la gerencia se enteraron del episodio, dijeron: 'Bueno, ya está. Tiene que irse; es un problema muy grande'. Eso fue todo.

¿Qué opinó Randy al respecto?

Hablé con Randy al día siguiente, después de salir de la cárcel. Nos reíamos de todo el asunto. Si teníamos alguna pelea, siempre nos reconciliábamos rápidamente y se volvían divertidas. A la mayoría de la gente no le parece gracioso, pero lo hicimos, porque nadie salió herido.

Bueno, había un poco de sangre; Randy me pasó su famosa uña larga por la frente y me la abrió bastante. Pero nadie fue hospitalizado ni nada.


¿Randy se conformó con que te echaran?

“Se ofreció a ir conmigo. Le dije: ‘No, tú quédate. Yo me iré. Estaré bien; haré otra cosa. Tú lo crees, así que continúas’. Seguíamos siendo amigos. Pero él estaba en la banda y yo no. Di un giro de 180 grados, me corté el pelo, me matriculé en la escuela de paramédicos y tenía un trabajo esperándome al graduarme. Trabajé y atendí llamadas en la parte trasera de una ambulancia durante los siguientes 10 años en Los Ángeles”.

¿Te arrepientes de algo de cómo terminaron las cosas?

“No. Lo pensé hace un tiempo; siempre intentaba encontrar la manera perfecta de decir lo que quería decir, y finalmente se me ocurrieron los sentimientos que parecían justificar todo lo sucedido. No me arrepiento de nada porque Randy necesitaba estar con mejores músicos que yo y los demás de Quiet Riot”.

Como los chicos con los que terminó en la banda de Ozzy.

Se mire como se mire, en algún momento, Randy y yo, aún mejores amigos, íbamos a tener que separarnos. Si me hubiera quedado en la música, habría sido mucho más difícil. Nunca, jamás, iba a ser bonito. ¡Pero al menos nos reímos, aunque nadie más lo hizo!

Has recibido muchas críticas de personas con una perspectiva diferente.

“Me señalan con el dedo. Mi historia se complica. Me dicen: ‘Tú eres el que intentó matar a Randy Rhoads’. Me río y digo: ‘No estabas allí; no lo sabes’. Randy necesitaba estar con mejores personas. Después de nueve años tocando juntos, ¿cómo podría ser algo amistoso?”

¿Alguna vez hiciste las paces con Kevin DuBrow?

“Eso pasó. Un amigo en común vino y me dijo: ‘Kevin y tú tienen demasiada historia juntos. Es una pena que no sean amigos. Necesitan reunirse y resolverlo’. Y eso fue básicamente lo que hicimos.

“En apenas tres segundos empezamos a abrazarnos y a llorar. Poco después, se mudó a Las Vegas y nos hicimos muy amigos. Él siempre estuvo ahí para mí y yo para él. Y, por supuesto, hablamos mucho de Randy”.

Fuente: Guitar World

viernes, 9 de mayo de 2025

Rindiendo homenaje a Randy Rhoads en Australia con Kelly Garni de Quiet Riot

Digimag #403 ya está listo para empezar, con Kelly Garni, miembro fundador de Quiet Riot, como estrella de portada, hablando de su próximo viaje a Australia, donde ofrecerá un tributo especial a Randy Rhoads. También hablamos con Metal Mouse, posiblemente la mejor noticia para el futuro de la música global, sobre sus planes para convertir a niños de todo el mundo al metal.

Hay noticias musicales y de gira de Ghost, The Jesus Lizard y Gypsy Pistoleros, así como un completo resumen mensual de Better Noise Music, llamado The Noise. Les traemos nueva música de Parkway Drive, One Step Closer, Jinjer, Mammoth, House Of Protection y otros, mientras que nuestro equipo de reseñas les da su opinión sobre los nuevos álbumes del miércoles 13, Behemoth, Sleep Token y más.

Sumérjanse en la sección semanal de Cine Heavy y encontrarán todo lo que necesitan saber para la próxima semana. Hasta entonces, stay Heavy.

(Kris Peters) Puede que nos lo hayan arrebatado demasiado pronto, pero el legado y la memoria del gran guitarrista Randy Rhoads vivirán para siempre. El nombre de Rhoads es venerado en el mundo de la música, donde, desde finales de los '70 hasta principios de los '80, su forma de tocar y su presencia dejaron una huella de brillantez tan fuerte hoy como entonces.

El virtuoso guitarrista, cofundador de Quiet Riot e impulsor de la carrera en solitario de Ozzy Osbourne con "Blizzard of Ozz" (1980) y "Diary of a Madman" (1981), sigue siendo una de las figuras más importantes del heavy metal. Antes de su prematura muerte en 1982, con tan solo 25 años, Rhoads redefinió el rock guitarrístico, fusionando influencias clásicas con metal fulminante para ser pionero del subgénero del metal neoclásico. Sus icónicos riffs, presentes en canciones atemporales como "Crazy train" y "Mr. Crowley", y sus innovadoras técnicas, como el tapping a dos manos, los dive bombs con vibrato y las intrincadas escalas, establecieron un nuevo estándar en la escena metalera de los '80 e inspiraron a innumerables guitarristas.

Reconocido con su incorporación al Rock and Roll Hall of Fame en 2021, el legado de Rhoads perdura como una piedra angular de la evolución del heavy metal, con su emblemática guitarra Jackson Rhoads simbolizando su impacto revolucionario. Para la mayoría de la generación actual y las futuras, la vida y la música de Randy Rhoads siempre serán la de una reflexión sobre el pasado, incapaz de dar testimonio del gran hombre en el escenario, con tan poco material preservado en cámara o película.

Pero este diciembre, gracias a XMusic, los fans podrán acercarse lo más posible a la gloria de la guitarra cuando A Tribute To Randy Rhoads – The Stories and Music Behind the Legend – llegue a este país con una presentación que incluye interpretaciones en vivo de los mejores momentos de Rhoads, así como una sesión de preguntas y respuestas a fondo. Esto es más que un simple homenaje, con Kelly Garni, amigo de toda la vida de Rhoads, confidente y cofundador de Quiet Riot, encabezando la velada junto con Scott Shelley, su primer profesor de guitarra.

Promete ser una celebración inolvidable de Randy Rhoads, una verdadera leyenda de la guitarra, cuya influencia aún resuena en cada acorde potente y en cada solo imponente que interprete hoy. Heavy Mag tuvo el placer de hablar con Kelly Garni antes de la gira, y entre los temas de conversación se encontraba la magnitud de la organización y la necesidad de una actuación de esta envergadura.

"No busco estas cosas", enfatizó. La gente viene a mí y me pide que los toque. Randy Rhoads tiene muchísimos fans, y prácticamente soy el último que queda (risas). Claro, no tengo a Kevin (Dubrow, vocalista), a quien echo muchísimo de menos. Aunque si lees mi libro, no te lo creerías ni en un millón de años, pero ¡cómo lo echo de menos! Fue un guía increíble para mí, y aprendí muchísimo de Kevin. En fin, me han contactado varias veces, y he viajado por todo el país en los últimos años, aquí en Estados Unidos, y ahora dos veces a Japón. La gente quiere lo que quede de Randy, y supongo que soy lo que hay. Es un honor representar a mi mejor amigo. Claro, cualquiera haría eso por su mejor amigo, si es que lo es. Y como la gente está tan emocionada de volver a escuchar esa música, con gusto acepto y voy a dar estos conciertos. Garni tenía muchas historias que contar, entre ellas, cómo Alice Cooper dio forma a gran parte de lo que eventualmente se convertiría en el sonido de Quiet Riot, aunque sin haber conocido nunca a los dos jóvenes impresionables.

“Cuando vimos a Cooper, dijimos que íbamos a ser estrellas de rock, les gustara o no”, sonrió. “Y, ¿sabes?, en mi mente, Randy sí lo era, pero yo nunca lo hice realmente. Y nunca quise serlo. Y no pasa nada, porque las cosas habían cambiado con los años y ya no quería estar en la industria musical, pero gracias a mi relación con Randy, me siento muy involucrado (risas). Y debo decir que ver y conocer a todos los fans que vienen a estos conciertos es algo que te llena de alegría y de satisfacción”. 

En la entrevista completa, Kelly habló sobre el entusiasmo de los fans y la importancia de celebrar el legado de Rhoads, destacando la participación de figuras clave de los inicios de la carrera de Randy para realzar la autenticidad del tributo. Habló sobre el resto de la banda, incluyendo músicos de Snake Bite Whiskey y la banda tributo a Van Halen, Van Hager, además de una sesión de preguntas y respuestas con Scott Shelley, el primer profesor de guitarra de Randy. Hablamos sobre la sesión de preguntas y respuestas, su carácter personal y lo emotiva que podía llegar a ser. 

Reflexionando sobre su trayectoria musical y la de Randy, Kelly compartió sus perspectivas sobre sus primeras influencias y los desafíos que enfrentaron, incluyendo la dificultad de Randy para mantener la confianza y las habilidades vocales. Relató la evolución de la banda, incluyendo una errada transformación de imagen que los llevó a adoptar una estética que se sentía desconectada de su sonido original. También hablamos sobre momentos importantes de la vida de Randy y la huella que dejó en otros, incluyendo a Kelly, el legado perdurable de su prematura muerte y más.

Fuente: Heavy Mag

jueves, 3 de abril de 2025

Rudy Sarzo habla de Randy Rhoads, Carlos Cavazo y Alex Grossi, grandes de la guitarra con los que ha tocado

Rudy Sarzo es uno de los bajistas más respetados de todo el rock y el heavy metal. También es uno de los bajistas más amables y ocupados del negocio. Como bajista de Quiet Riot y Ozzy Osbourne, Sarzo trabajó -y fue buen amigo- de Randy Rhoads, a quien tiene en la más alta estima.

Si sigues a Rudy en las redes sociales, seguro que has visto alguno de sus muchos homenajes a Rhoads. Además de Randy Rhoads, Sarzo ha tocado junto a otros grandes guitarristas, como Carlos Cavazo en Quiet Riot, Brad Gillis en la banda de Osbourne, Tony MacAlpine en el supergrupo M.A.R.S., Adrian Vandenberg y Steve Vai en Whitesnake, Doug Aldrich en Dio, Alex Grossi en Quiet Riot y muchos otros. 

Tratar con ese nivel de virtuosismo variado no es fácil, pero Sarzo lo tiene marcado. "¿Cuál es la clave?", pregunta. "Con los guitarristas virtuosos -y con todos los músicos con los que he tocado- se trata de ser desafiado. Me gusta mucho que me desafíen", añade. "Disfruté mucho aprendiendo de todos ellos, tanto musicalmente como seres humanos".

Durante un descanso en su agenda, Rudy habló con Guitar Player para compartir sus pensamientos sobre un puñado de los icónicos héroes de las seis cuerdas con los que ha tocado durante sus 50 años de carrera.

Randy Rhoads

Cuando me uní a Quiet Riot con Randy en 1978, había un cierto estándar de estilo musical en Sunset Strip, proveniente de las bandas emergentes que luego se convirtieron en elementos básicos de la era de MTV, entre ellas Quiet Riot. Era prácticamente una continuación del glam rock que era tan popular antes del new wave y el punk. Me refiero a Queen, David Bowie, ya sabes, melódico pero atrevido.

En esas bandas, el guitarrista solía ser la estrella. Esa siempre fue la relación, remontándonos, por ejemplo, a Led Zeppelin. El guitarrista era sin duda el centro del grupo, y Randy, ya sabes, todo en él encajaba a la perfección con eso mejor que nadie que haya conocido o con quien haya tocado.

Pero lo que realmente diferenció a Randy del resto fue su educación. Provenía de una familia de profesores de música y académicos. Randy, desde muy pequeño, recibió una educación musical, así que para cuando toqué con él en 1978, ya tenía amplios conocimientos y experiencia musical. De ahí surgió su creatividad. Cuando trabajábamos juntos en una canción, sabía cómo estructurarla.

Randy sabía composición, arreglos, teoría y todo lo necesario para crear canciones. Lo tenía, pero lamentablemente no pudo revelarlo hasta que empezó a tocar con Ozzy. Y, por desgracia, aunque Quiet Riot sin duda podría haber aprovechado las habilidades compositivas que él podía aplicar, como su formación clásica, yo no me di cuenta de su formación clásica mientras estábamos juntos en la banda.

"Oía a Randy tomar la guitarra clásica y tocarla entre clases y pensaba: '¡Guau! ¿Sabes tocar eso?' Él dijo: "Sí, ese es mi primer instrumento". Me explicó que creció tocando música clásica, pero que quería formar una banda y empezó a tocar la guitarra eléctrica. Sin embargo, siempre conservó su amor por la guitarra clásica.

"Pero sus composiciones con Quiet Riot estaban más orientadas a complacer a las discográficas que cuando empezó a tocar con Ozzy. Le preguntó a Ozzy: '¿Qué quieres que escriba?' Ozzy simplemente dijo: "Sé tú mismo" y eso fue lo que salió.

Ese era el verdadero Randy Rhoads. Falleció joven, pero estoy seguro de que dejó una huella imborrable en los músicos incluso hoy. Cuando lo descubren, quieren saber más, y lo consiguen.

Rudy Sarzo y Randy Rhoads en un concierto televisivo en 1978

Carlos Cavazo

Carlos era diferente. Randy se centraba más en la escritura diatónica; era musicalmente más avanzada. Pero con Carlos, especialmente con su interpretación en "Cum on Feel the Noize", creo que puso el listón muy alto en cuanto a la interpretación melódica y temática de los solos. Básicamente, tomaba prestada la melodía del estribillo y simplemente le aplicaba estas variaciones. Creo que fue muy ingenioso y perfecto para esa canción.

Nuestro productor, Spencer Proffer, no solo produjo el disco, sino que también era dueño del sello [Pasha], del estudio [Pasha Music House] y de todo. Pero lo único que le importaba era 'Cum on Feel the Noize'. Básicamente dijo: «Pueden hacer lo que quieran con el resto del disco. Solo necesito que me entreguen esta canción que creo que será un éxito».

¡Y funcionó! Metal Health llegó al número uno, y para entonces empezamos a pensar: ¡Guau! Estamos en la cima y encabezando conciertos. Pero luego se centró más en hacer una secuela con más de los mismos atributos que Metal Health.

Mientras que con un guitarrista como Randy, habríamos hecho algo muy diferente. Si escuchas la música que componía con Ozzy, hay un avance exponencial en su conocimiento musical.

Rudy Sarzo (izquierda) y Carlos Cavazo actúan con Quiet Riot en el Madison Square Garden de Nueva York, el 5 de octubre de 1983. (Crédito de la imagen: Paul Natkin/Getty Images)

Alex Grossi

Alex lleva unos 20 años con Quiet Riot y fue formado por Kevin DuBrow. Es el más joven de la banda, así que no formó parte de la escena hollywoodense de los 70 y 80, pero la experimentó indirectamente. Tiene un conocimiento increíble y puedo contar con él para que nos ayude con todo lo que necesitemos. Toca clásicos, pero también es moderno. Siempre puedo confiar en Alex no solo para que logre lo mejor cada noche en el escenario, sino también para que nos traiga pequeñas sorpresas.

Alex Grossi toca con Quiet Riot en la 21.ª edición anual del Pudín de Navidad de Alice Cooper, en Phoenix, Arizona, el 9 de diciembre de 2023. (Crédito de la imagen: Daniel Knighton/Getty Images)


Fuente: Guitar Player

jueves, 6 de febrero de 2025

Kelly Garni ayudó a Randy Rhoads a desarrollar su icónico estilo de guitarra: "Tuvimos varias bandas antes de Quiet Riot"

(Greg Prato) Quiet Riot siempre será mejor conocido como la banda que ayudó a abrir la puerta a las bandas de hair metal de mediados y fines de los 80, gracias al gran éxito en los Estados Unidos de su álbum, "Metal health", en 1983. El LP no solo generó clásicos de headbanging como "Cum on feel the noize", la canción principal, y "Slick black Cadillac", sino que a menudo se le atribuye el mérito de ser el primer álbum de metal en encabezar las listas de álbumes de Billboard.

Sin embargo, el grupo ya había existido de una forma u otra durante casi una década antes. También contó con la leyenda de la guitarra de rock Randy Rhoads en su formación, lo que dio como resultado dos álbumes publicados solo en Japón: un debut homónimo y un segundo trabajo titulado "Quiet Riot II", ambos en 1978. Pero a pesar de construir un gran número de seguidores locales en Los Ángeles, QR no pudo conseguir un contrato de grabación en los Estados Unidos, lo que resultó en que Rhoads finalmente abandonara la banda para convertirse en el guitarrista de Ozzy Osbourne a fines de 1979.

En este extracto exclusivo de mi libro de 2025, "Bang your head, feel the noize: The Quiet Riot story", el bajista original del grupo, Kelly Garni, habla sobre su amistad con Rhoads y también sobre cómo se ayudaron mutuamente a mejorar en sus respectivos instrumentos durante sus etapas de formación como músicos.

"Conocí a Randy en 1971", reflexionó Garni en 2024. "Lo conocí en la escuela, era un chico que se destacaba por ser inusual y diferente de todos los demás. Y eso me atrajo. Este chico tenía un brillo especial. Había algo en él, no sé qué era. Simplemente, 'es diferente'. Así que logré entablar una conversación con él y me invitó a su casa".

Garni también recordó que su nuevo amigo mencionó que tocaba un instrumento. "Me dijo que tocaba la guitarra y yo no esperaba mucho. Entonces fui a su casa y, para un niño de 12 años, era bastante bueno. Entonces comenzamos a pasar tiempo juntos. Vivíamos a la vuelta de la esquina".

Y desde que se dio cuenta de que disfrutaba pasar tiempo con su nuevo amigo, y como ambos vivían tan cerca uno del otro, era solo cuestión de tiempo hasta que Garni se diera cuenta de que debería aprender a tocar un instrumento musical. "Al final, quise tocar algo para que tuviéramos algo que hacer juntos. Empezamos tocando una guitarra acústica que estaba tirada en la casa. Y él me dijo: 'Toca las primeras cuatro cuerdas'. Así lo hice. Solíamos tocar así, y luego se presentó una oportunidad en la que pudimos... bueno, sin andarnos con rodeos, robamos un bajo. ¡Y ahora tenía un bajo!".

"Le di a alguien con quien poder hacer rebotar todo", continuó Garni. "Él me enseñaba pequeños patrones y luego yo los tocaba durante cinco o seis horas, una y otra vez. Y él tocaba esos solos una y otra vez. Así fue como aprendimos y así fue como progresamos. Él era un año mayor que yo, en cuanto a edad, pero en cuanto al grado en el que estaba, estábamos en el mismo grado. Pero hicimos nuestro primer club en Sunset Strip cuando teníamos 13 o 14 años. Nos pagaban una caja de cerveza, que era lo normal. Y empezamos como niños pequeños. Nos gustaba mucho tocar en grupo, íbamos por todo Burbank a escuchar todas esas jams. Todos eran mayores que nosotros y parecía que éramos mejores que todos".

También habría sido en esta época cuando Randy se armó de valor para dejar de tocar solo la guitarra rítmica y probar suerte con la guitarra principal. Y en las entrevistas, señaló a guitarristas como Leslie West de Mountain, Ritchie Blackmore de Deep Purple y Jeff Beck como sus primeras influencias de seis cuerdas. Como resultado, no pasó mucho tiempo hasta que Randy y Kelly comenzaron a tocar en vivo en la zona de Burbank y pronto en Hollywood.

"Tuvimos varias bandas antes de Quiet Riot", dijo Garni. "Teníamos una banda llamada Mildred Pierce y, curiosamente (no me preguntes por qué, no recuerdo de dónde salió esto), una banda llamada The Whore. Creo que es un nombre muy extraño para que lo soñaran un par de jóvenes y no podría decirte por qué se nos ocurrió. Pero lo hicimos. Y estábamos en una banda llamada Smokey y tocábamos en el club de Rodney Bingenheimer en Hollywood".

Aunque Randy y Kelly se divertían tocando juntos en las bandas mencionadas anteriormente, ninguna parecía durar mucho, ni sus miembros querían llevarlo al siguiente nivel tanto como ellos. Entonces, un fatídico día de 1975, todo eso cambió en un santiamén.

"Justo en esa época, escuché una llamada telefónica entre un par de chicas", recordó Kelly décadas después. "Estábamos en la casa de una chica en Hollywood. Era una persona influyente en Hollywood y todo el mundo la conocía. Y estaba hablando por teléfono con alguien. Yo estaba despierto, era muy temprano por la mañana, y Randy todavía dormía. La escuché decir: '¿Ah, es cantante? ¿En serio?' Randy y yo siempre estábamos buscando a un cantante. Entonces, me levanté, entré y le dije: '¿Cantante? ¡Consigue el número del chico!' Y ella le preguntó a la chica del teléfono: '¿Tienes su número?' Ella consiguió su número. Y era un chico llamado Kevin".

Por supuesto, el chico llamado Kevin no era otro que Kevin DuBrow, y en 1975 se formó Quiet Riot, que sirvió como un importante trampolín en la carrera de Rhoads.

Fuente: Ultimate Guitar

miércoles, 5 de febrero de 2025

Nuevo libro, “Bang your head, feel the noize: the Quiet Riot story”, ya disponible

(Dana) A finales de 1983 y principios de 1984, una de las bandas de metal más importantes de Estados Unidos era Quiet Riot. Su álbum, "Metal health", había encabezado las listas de éxitos (por encima de Thriller de Michael Jackson y otros grandes éxitos de ventas que ahora son clásicos), su single "Cum on feel the noize" fue un éxito entre los cinco primeros, la canción que daba título al álbum se convirtió instantáneamente en un himno para los fanáticos del heavy metal, aparecieron en MTV y en las portadas de las revistas de rock, y eran un grupo de apertura muy solicitado (por artistas como Iron Maiden, Black Sabbath, AC/DC, Scorpions, ZZ Top y Judas Priest). ¡Diablos, incluso abrieron el ahora famoso festival estadounidense “Heavy Metal Day”, encabezado por Van Halen!

Pero lo más importante es que el éxito de "Metal health" podría señalarse como el comienzo del movimiento del metal que pronto se extendería, y que daría lugar a que bandas como Bon Jovi, Mötley Crüe, Ratt, Poison y Dokken escalaran las listas de éxitos y sacudieran los estadios. Sin embargo, la permanencia de Quiet Riot en la cima del metal sería fugaz por diversas razones, pero la más importante probablemente sean las entrevistas sinceras del cantante Kevin DuBrow.

Compuesto por citas de entrevistas pasadas y presentes y con muchas fotos antiguas raras, "Bang Your Head, Feel the Noize: The Quiet Riot Story" examina todas las eras de la banda: su período de los '70, en el que el legendario guitarrista Randy Rhoads formó parte de su formación, pasando por la época del éxito de taquilla "Metal health", y hasta la versión moderna del grupo. 


Fuente: EddieTrunk

sábado, 11 de enero de 2025

Rudy Sarzo habla sobre su lucha por encontrar alegría en la música tras la muerte de Randy Rhoads

En una reciente entrevista con VRP Rocks, Rudy Sarzo, de Quiet Riot, compartió lo difícil que fue encontrar alegría en la música tras la muerte de Randy Rhoads.

“Básicamente, nos topamos con un muro. A las discográficas simplemente no les importábamos”, explicó el bajista sobre su salida de Quiet Riot. “Nos llamaban dinosaurios. Así que fue una decisión profesional. No se debió a ningún conflicto personal con nadie de la banda, para nada”.

Añadió: “Entonces, Randy se fue y se unió a Ozzy. Y mientras tanto, Kevin DuBrow formó su propia banda porque en ese momento Quiet Riot, el nombre, ya no se usaba. No existía Quiet Riot. Era DuBrow”.

“De hecho, no se convirtió en Quiet Riot hasta que regresé al grupo y Kevin dijo: ‘Vale, ahora tenemos a dos chicos de Quiet Riot. Llamémoslo Quiet Riot’. Así que sí, y la razón por la que lo hice fue porque, tras el fallecimiento de Randy, perdí esa integridad musical de Quiet Riot”, explicó Sarzo.

También compartió: “Randy fue el artífice de todo esto. Lo perdí cuando murió y simplemente perdí la alegría de hacer música. Necesitaba recuperarla. Necesitaba encontrar mi lugar”.

En una conversación anterior con Bass Player el año pasado, Sarzo reflexionó sobre su tiempo con Rhoads y le atribuyó el mérito de su carrera. Dijo: “Confió en mí. Arriesgó su reputación con Sharon y Ozzy para incorporarme. Así fue como entré, porque no tenía experiencia previa”.

“Además, estoy completamente convencido de que Randy salvó a todos los que iban en el autobús de la gira de Ozzy, evitando que el avión se estrellara contra nosotros. Rozó el autobús, pero no impactó directamente contra él, y si lo hubiera hecho, todos habríamos perecido junto con Randy y los demás pasajeros”, añadió.

Sarzo se hizo famoso como bajista de Ozzy Osbourne desde marzo de 1981 hasta septiembre de 1982, tras unirse a la banda por recomendación de Rhoads. Su interpretación del bajo se puede apreciar en los álbumes en directo «Speak of the Devil» y «Tribute».